Pensé una estupidez
Antes de dormirnos, en algunas ocasiones la mente ronda de manera perversa, irresponsablemente imaginando crueldades y locuras.Este artículo fue publicado en el diario Crítica de la Argentina el día 2009-05-23 03:00:00 +0000
Antes de poder dormir uno da vueltas y vueltas con la mente seguramente o porque no está muy cansado o porque está sumamente preocupado y angustiado por esas cosas que no sabe bien qué son, no comprende, no entiende o no logra encasillar. Es como una nube, una galaxia de pensamientos, una catarata de fantasías y cucos, por lo general eso se llama “la vida”. Esa forma casi anestesiada de ir elaborando imágenes e ideas se produce cuando no podemos descular ni definir la vida como tal, no necesariamente la que nos toco vivir. La mente da vueltas inexplicables e incoherentes, uno pasa por recovecos mentales rarísimos y piensa en su infancia, en sus padres, en la muerte, en el pasado, en el futuro, en viajes, en amantes, en fin… Detesto usar la palabra etcétera cuando escribo, y no la voy a usar, pero acá tendría un poco de sentido… de todos modos es fea, está vacía y está repleta, quiere decir todo y quiere decir nada. Y es un poco lo que sucede con los pensamientos antes de dormir. ¿Quieren decir algo o son una maratón de imágenes sin sentido?
Antes de dormirnos, en algunas ocasiones la mente ronda y bucea entre la nada y el todo, en el etcétera, a veces inmaduramente, irresponsablemente, de manera perversa, imaginando crueldades, locuras y combinaciones estrafalarias.
Yo por ejemplo me he imaginado a Hitler en su despacho dándole bomba a Perón, a Greta Garbo y a Marlene Dietrich a tijereta pura, a Gabi, Fofo y Miliki robando un banco a punta de pistola y a Nelson Castro en pedo tirado en una habitación mugrienta de un hotel dos estrellas con las Trillizas de Oro.
Uno puede hacer esto porque pensar e imaginar es un juego. Se pueden mover las piezas que a uno se le antojen, proyectar las películas más disparatadas e imposibles y se ven, toman cuerpo… existen. He producido y dirigido a gusto y piacere las películas más increíbles, desde estrellas de televisión en situaciones absurdas hasta un multichoque catastrófico en la puerta de mi casa donde los autos se metían en la casa y salían despedidos contra los cuadros, los sillones y las ventanas. Hierros retorcidos, cuerpos desparramados, platos y copas rotas y una bocina trabada que no dejaba de sonar.
Yo particularmente recorro varias áreas que algunas veces tienen forma de cajones o de estanterías… casilleros u hojas cuadriculadas. De ahí saco y pongo, muevo, corto, pego, armo y desarmo mi vida.
El fondo del mar y el cerebro son las únicas dos cosas con las cuales la ciencia no pudo totalmente, todavía no se conocen bien ninguna de las dos y siempre encontré un parecido entre el cerebro y el fondo del mar, son los dos aparentemente oscuros e infinitos. Cuando me trato de imaginar las formas de algunos de los dos se me desdibujan casi en el momento, automáticamente se me evaporan, se me escapan… no puedo retener ni un segundo la imagen o la forma del mar y tampoco la del cerebro.
Estas películas, divagues, juegos y composiciones delirantes de los que hablaba antes también los pienso durante todo el día. No solamente me pasa cuando trato de dormirme. La única diferencia cuando pasan de día es que de día duran muchísimo menos, son milésimas de segundo, flashes, pecados instantáneos, construcciones deformes e insanas con las que juego en situaciones con la gente, pero en fracciones ínfimas de tiempo, tal vez sea el pudor el que provoca que duren tan poco. ¿Si duraran más el otro las podría ver y descubrirnos? No lo sé.
Cuando saco estas instantáneas o filmo estos cortos hago como la brujita Tabatah que mueve la nariz y cambia el panorama, el escenario, la situación. Me daría muchísima vergüenza si el otro pudiese ver lo que me estoy imaginando, por eso no lo pienso más de tres segundos, ese promedio es lo que duran mis puestas en escena, mis polaroids.
Ahora bien, todo toma otro tono cuando pienso que no solamente yo tengo esos poderes picarescos, el otro también puede y en efecto es muy probable que los ponga en juego y en práctica. En ese momento siento miedo, vergüenza, bajo la cabeza y me esfumo de su campo visual. ¡Qué locura!, ¿estaremos todos tan locos como yo?, ¿a vos te pasa esto también? ¿Vamos por la calle o nos enfrentamos con situaciones de ese tipo todo el tiempo? Sí, y estoy seguro.
Qué escalofrío pensar que el panadero cuando te vende las facturas se esté acordando de cómo se rascó el sobaco cuando las amasaba, un alumno de quinto año imaginándose a la teacher en cuatro en el escritorio, el taximetrero filmando la película y haciendo fuerza para que me caiga o me atropelle un auto cuando me bajo.
Qué peligrosos que somos cuando no vale lo que pensamos. Qué enfermos… pensaba ayer antes de dormir…
Pensaba, pensaba, pensaba, recorría todos los campos y todas las áreas, todas las posibilidades, jugaba, pensaba, ataba, cosía, bordaba, volaba, un par de veces me incorporé, encendí la luz y me anoté un par de ideas, como que si será cierto que uno trabaja mejor cuando ya tiene una cierta cantidad de plata, un colchón, que cuando corre la coneja día a día. Generalmente el que tiene que trabajar para cubrir el mes trabaja bajo presión, sin creatividad, eso lo aprendí de verlo al petiso Eguía, lo veo trabajar holgado, cómodo, creativo… antes vendía ladrillos nomás… ahora ya vejete y de buen pasar se divierte inventando pelotudeces como reciclar viejos Renault 4 con la tecnología actual… y restaurando 5 se llena de plata y se divierte… pensaba… pensaba en el pozo del accidente de Fray Bentos… ¿qué habrá ahí adentro?… poder excavarlo una noche de lluvia a las 3.43 de la mañana…. pensaba, en el Ital Park, no sé por qué… pensaba y pensaba y de pronto pensé una estupidez, pensé que lo más simple del mundo es decir la verdad, no robar, para así tener un país mejor, para poder tener todos no sólo qué comer y qué ponernos, sino también tener plata, platita, dinero contante y sonante, que un obrero pueda ahorrar, pensé que los ladrones piensen que es horrible matar a una anciana a golpes, pensé que los presidentes piensen que ya tiene lo que quisieron lograr y más, entonces que se dejen de joder y que hagan las cosas bien, pensé en por qué la gente no puede reaccionar y pensar que es más fácil si todos nos amamos y nos ayudamos y tiramos para el mismo lado, pensé en que esto es una estupidez, pero es cierto, también, ¿por qué deberían burlarse de mí si lo escribo mañana?… y me… me dormí pensando en escribir otra cosa.